Petra es uno de esos lugares que parecen irreales en las fotos, pero en realidad es un sitio arqueológico vivo con normas, sistemas de entradas, horarios y servicios modernos para visitantes. Tallada en arenisca rosada por los nabateos hace más de dos mil años, sigue siendo la atracción patrimonial más emblemática de Jordania y un lugar incluido en la lista de la UNESCO. En 2025, visitar Petra es sencillo si planificas con antelación los detalles prácticos, especialmente las entradas, los horarios, las distancias a pie y cómo quieres descubrir la zona más allá del Tesoro.
Lo primero es definir el tipo de entrada. Las tarifas oficiales para la mayoría de los visitantes que pernoctan en Jordania se calculan por duración: la entrada de 1 día cuesta 50 JOD, la de 2 días cuesta 55 JOD y la de 3 días cuesta 60 JOD, y las entradas de varios días deben utilizarse en días consecutivos. Los visitantes que entran y salen de Jordania en el mismo día pagan una tarifa más alta (90 JOD), por eso muchos viajeros prefieren incluir al menos una noche en su itinerario.
Las familias suelen agradecer que los menores de 12 años entren gratis durante el horario diurno. Si viajas con adolescentes o un grupo con edades mixtas, conviene llevar pasaporte o documento de identidad, porque en taquilla pueden pedir una prueba de edad y nacionalidad. Petra también aplica estrictamente la norma de uso consecutivo para entradas de 2 y 3 días, así que no merece la pena comprar una entrada múltiple si no estás seguro de que podrás volver al día siguiente.
Para quienes quieren simplificar la logística, el Jordan Pass es una opción habitual porque incluye la entrada a Petra y a otros lugares, y también puede cubrir las tasas de visado si cumples las condiciones del pase. Se vende en versiones según la cantidad de días que quieras en Petra (1, 2 o 3), por lo que puedes ajustarlo a tu plan sin pagar por días que no vayas a aprovechar.
Puedes comprar entradas en el lugar, pero en 2025 existe una vía oficial de compra online a través de la Petra Development and Tourism Region Authority (PDTRA). Reservar por internet es útil en periodos de mayor afluencia, porque llegas con la compra confirmada y no pierdes la primera mañana haciendo cola en la entrada. Además, facilita mantener un registro claro de lo adquirido si viajas en grupo.
Si estás pensando en el Jordan Pass, lo mejor es comprarlo antes de llegar a Jordania y comprobar que encaja con la duración de tu viaje y los requisitos de entrada. El error más habitual es adquirir un pase que solo incluye un día en Petra y luego darse cuenta de que hace falta una segunda jornada para el Monasterio y las rutas. Petra es un sitio enorme, así que añadir un día extra suele ser una decisión muy razonable.
Por último, conviene recordar que Petra es una zona patrimonial protegida. Verás muchas ofertas de paseos en animales; algunas están reguladas y otras no, y los estándares de bienestar varían. Si decides usar un servicio de este tipo, elige operadores responsables, deja el precio claro desde el inicio y úsalo como una ayuda puntual, no como la forma principal de recorrer el sitio.
Los horarios oficiales de Petra cambian según la temporada, por lo que es imprescindible comprobar el horario vigente antes de tu visita. El sitio oficial de información para visitantes publica las horas actualizadas, y es recomendable tomar esa fuente como referencia si encuentras datos contradictorios en otros lugares. En la práctica, llegar temprano es la forma más simple de disfrutar del Siq y del Tesoro antes de que se acumulen los grupos grandes.
Un “día completo” real en Petra suele ser más largo de lo que la mayoría imagina. Desde la entrada se camina por el Siq hasta el Tesoro y luego se continúa por la Calle de las Fachadas y el valle principal. Si además quieres llegar al Monasterio (Ad Deir), debes sumar una subida considerable por escalones y reservar tiempo para descansos, agua y paradas para fotos. Mucha gente subestima el tiempo que se va en el recorrido, incluso sin desviaciones.
Si dispones de dos días, la experiencia cambia: el primer día puedes centrarte en la ruta clásica y el segundo en miradores y senderos. Para muchos viajeros en buena forma física, este es el equilibrio ideal: ves más que lo básico sin tener que adoptar el ritmo lento de una entrada de tres días. Además, tener dos días da margen si el clima se complica; la lluvia invernal o el calor fuerte del verano pueden hacer que algunos caminos sean incómodos en horas punta.
En términos de comodidad, primavera y otoño suelen ser las mejores estaciones para caminar por Petra: días cálidos, mañanas más frescas y menor riesgo de calor extremo. En verano es totalmente posible visitarla, pero conviene entrar temprano, llevar más agua de la que crees necesaria y bajar el ritmo durante las horas más calurosas. En invierno, las mañanas pueden ser frías y la lluvia ocasional vuelve resbaladizos algunos escalones y senderos.
Las multitudes se notan más desde media mañana hasta media tarde, especialmente en el Tesoro y en el valle central. Si te alojas en Wadi Musa, intenta entrar cerca de la hora de apertura y usar la primera hora para el Siq y el Tesoro, cuando el ambiente suele ser más tranquilo. Más tarde, cuando los puntos principales se llenan, puedes avanzar hacia zonas más profundas del sitio, donde la densidad de visitantes baja.
También es recomendable revisar avisos locales si cambian las condiciones, porque Petra se ubica en un entorno montañoso desértico donde pueden darse alertas por crecidas repentinas tras lluvias fuertes. Un guía fiable o la recepción del hotel suele ayudarte a entender qué rutas son seguras ese día. Planificar con margen, en lugar de programar cada minuto, casi siempre produce una visita más agradable.

La mayoría de los visitantes se alojan en Wadi Musa, el pueblo junto a la entrada principal de Petra, porque permite madrugar y aprovechar entradas de varios días sin estrés. Encontrarás hoteles de distintos presupuestos, y muchos ofrecen ayuda con taxis locales, desayunos para llevar y transportes sencillos hacia puntos de inicio de senderos. Si viajas desde Ammán, la carretera es más larga, mientras que Aqaba puede ser una base práctica si quieres combinar Petra con el mar Rojo.
Dentro de Petra, se pueden contratar guías autorizados en el centro de visitantes, con opciones de idioma que incluyen inglés y varias lenguas europeas. Un guía aporta valor si buscas contexto histórico más allá de los puntos icónicos o si te interesan aspectos como la ingeniería nabatea, los sistemas de agua y el significado de las fachadas talladas. Si prefieres ir por tu cuenta, un plan autoguiado bien organizado (más un buen mapa) suele ser suficiente para la ruta principal.
Para ver el lugar desde otra perspectiva, Petra by Night es una experiencia nocturna independiente que añade ambiente sin sustituir la visita diurna. En 2025, el evento se ha replanteado para combinar el ambiente de velas con proyecciones, con un enfoque más escénico y organizado que en años anteriores. No es imprescindible, pero puede merecer la pena si quieres contemplar el Tesoro en un contexto totalmente distinto.
Petra by Night tiene su propio calendario y entradas, así que conviene tratarlo como una reserva separada de la visita diurna. La información oficial del evento señala que se lanzó por primera vez en 1998 y se actualizó en mayo de 2025, un detalle útil si comparas reseñas antiguas con lo que se ofrece hoy. Si tienes poco tiempo, prioriza la visita diurna y añade la nocturna solo si te queda energía.
Como Petra implica caminar mucho sobre terreno irregular, el calzado importa más de lo que parece. Unas zapatillas o botas de senderismo cerradas con buena suela marcan diferencia, especialmente en la ruta al Monasterio y en caminos con arena suelta o piedra pulida. Lleva agua, protección solar y una capa ligera para la tarde: incluso en meses cálidos, la temperatura puede bajar rápido cuando el sol deja el valle.
Por último, Petra es una atracción mundial y, al mismo tiempo, un espacio donde comunidades locales se ganan la vida. Viajar de forma responsable significa pagar precios justos, elegir operadores éticos y respetar los caminos señalizados para proteger el lugar a largo plazo. Si te acercas a la visita con paciencia y un plan práctico, Petra se siente menos como una parada de lista y más como una jornada completa en un paisaje extraordinario.