Situada en el corazón de Flandes, Gante suele quedar a la sombra de su famosa vecina Brujas. Sin embargo, esta joya flamenca ofrece una combinación poco común de patrimonio medieval, canales tranquilos y vida urbana vibrante, todo sin la presencia abrumadora de grupos turísticos. Gracias a un plan de iluminación que baña su arquitectura histórica con tonos dorados al anochecer, Gante se presenta como un museo viviente que permanece auténtico, accesible y lleno de atmósfera.
El premiado diseño de iluminación de Gante transforma su centro medieval en una experiencia cinematográfica cada noche. Desde 1998, el Plan de Luz de la ciudad ha recibido elogios internacionales por su enfoque ecológico en la iluminación arquitectónica. En lugar de proyectores intensos, se utiliza iluminación indirecta y suave que resalta las texturas de fachadas, puentes y torres antiguas.
El Puente de San Miguel es uno de los mejores lugares para apreciar este espectáculo nocturno. Desde allí se pueden observar los contornos iluminados de la Iglesia de San Nicolás, el campanario y la Catedral de San Bavón, tres iconos del gótico alineados como centinelas sobre el canal. La iluminación no solo preserva el carácter romántico de la ciudad, sino que lo realza.
Pasear por el barrio de Patershol de noche es otra experiencia imperdible. Sus estrechas callejuelas empedradas y casas de tejado inclinado, iluminadas con lámparas de bajo impacto, parecen detenidas en el tiempo. A diferencia de otras ciudades comercializadas, la iluminación en Gante nunca es intrusiva; acentúa en lugar de dominar, contribuyendo a una atmósfera serena que envuelve el centro tras la puesta del sol.
A diferencia de otras ciudades que inundan sus monumentos con luz intensa, el enfoque de Gante se basa en la contención y la narrativa. El objetivo nunca fue crear un parque temático, sino utilizar la luz como una herramienta cultural e histórica. Esta estrategia fue liderada por el diseñador Roland Jéol y se actualizó en 2012 con nuevas tecnologías y zonas.
El plan emplea temperaturas de color cálidas y ángulos precisos para resaltar únicamente los elementos más significativos de cada edificio, conservando la integridad visual del paisaje urbano, digno de la UNESCO. También reduce la contaminación lumínica, protegiendo los ecosistemas locales y la visibilidad del cielo nocturno.
Esta atención al detalle garantiza que cada paseo nocturno por Gante sea una experiencia tranquila y envolvente. La iluminación guía sin distraer, convirtiendo cada rincón en un lugar de interés estético y reflexión calmada.
Al borde del río Lieve se alza el Castillo de los Condes —Gravensteen—, una imponente fortaleza medieval construida en 1180 por el conde Felipe de Alsacia. Aunque restaurado en el siglo XIX, sigue siendo uno de los castillos mejor conservados de Europa y un símbolo del pasado poderoso y resistente de Gante.
A lo largo de los siglos, el castillo ha servido como tribunal, prisión e incluso fábrica de algodón. Hoy alberga un museo que expone armas, instrumentos de tortura y perspectivas sobre la justicia feudal. Desde sus almenas se obtienen vistas panorámicas espectaculares de los tejados y torres de la ciudad.
Visitar Gravensteen es más que un recorrido histórico: es una ventana al pasado político y militar de Flandes. Sus muros de piedra y torres conservan ecos de batallas y alianzas forjadas, todo dentro de una estructura sorprendentemente intacta que domina el perfil del casco antiguo.
Gravensteen no es solo una reliquia; forma parte activa del tejido cultural de Gante. Alberga exposiciones, representaciones teatrales al aire libre y eventos históricos temáticos que atraen tanto a residentes como a visitantes. Su presencia refuerza la identidad de Gante como ciudad que valora la preservación sin estancamiento.
Su silueta imponente, especialmente iluminada por la noche, añade un toque de dramatismo al perfil urbano. Pocas ciudades europeas pueden presumir de una fortaleza central tan bien conservada, un rasgo que distingue claramente a Gante.
La popularidad duradera del castillo refleja el enfoque general de Gante hacia su patrimonio: celebrar el pasado no con nostalgia, sino mediante una integración reflexiva con el presente. Gravensteen es tanto un monumento como una plataforma de expresión cultural.
La red de canales de Gante puede no ser tan famosa como la de Venecia, pero ofrece una forma más tranquila e inmersiva de explorar la ciudad. Recorren el núcleo histórico y son perfectos para quienes desean ver torres medievales y casas gremiales desde otra perspectiva.
El alquiler de kayaks está fácilmente disponible, especialmente en los muelles de Graslei y Korenlei —el corazón comercial histórico de Gante. Estas zonas, con edificios gremiales ornamentados y animadas cafeterías, se disfrutan mejor desde el agua. Remar bajo puentes centenarios mientras suenan las campanas es una experiencia exclusiva de esta ciudad.
A diferencia de otras urbes europeas, el kayak en Gante está completamente integrado en el flujo urbano. Los canales están limpios, bien mantenidos y utilizados tanto por residentes como por visitantes. Incluso existen recorridos guiados que explican la historia de la ciudad mientras se navega por sus suaves corrientes.
Los canales de Gante forman parte de una filosofía verde más amplia. Además de su uso recreativo, actúan como hábitats para cisnes, patos y aves migratorias. Las orillas están plantadas con flora autóctona, apoyando a los polinizadores y aumentando la biodiversidad en pleno centro urbano.
Para los habitantes, el kayak es una opción de transporte sostenible y una actividad recreativa que fortalece la cohesión comunitaria. Los fines de semana es habitual ver grupos de estudiantes y familias disfrutando de los canales con respeto al entorno.
Esta combinación de planificación urbana, recreación y sensibilidad ecológica refleja el compromiso de Gante con un desarrollo inteligente e inclusivo. Los canales no son meras atracciones; son una parte viva y funcional de la ciudad.