Cuando uno piensa en Bélgica, a menudo nos viene a la mente la deliciosa combinación de chocolates, gofres y cervezas. Sin embargo, esta joya europea es mucho más que sus famosas delicias culinarias. Con un rico tapiz de historia, arte y cultura, Bélgica invita a los viajeros a explorar sus numerosas maravillas.
Desde ciudades medievales y catedrales hasta bulliciosos mercados y museos, hay una experiencia esperando en cada esquina. En este artículo, destacamos cinco atracciones de visita obligada que ejemplifican el atractivo diverso de Bélgica.
Situada en el corazón de Bruselas, la Grand-Place es una maravilla arquitectónica. Esta plaza histórica, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, está rodeada de opulentas casas gremiales, el impresionante Ayuntamiento y la Casa del Rey. Con sus fachadas ornamentadas y toques dorados, la plaza resuena con la vibrante historia y cultura de la ciudad.
Eventos, conciertos y mercados de flores adornan con frecuencia esta plaza, lo que garantiza un ambiente animado tanto para los lugareños como para los visitantes. Una visita por la noche, cuando los edificios están iluminados, ofrece una experiencia mágica.
A menudo conocida como la «Venecia del Norte», Brujas fascina con sus canales serpenteantes y su arquitectura medieval bien conservada. Un recorrido en barco por los canales proporciona un punto de vista único para apreciar las encantadoras casas y el ambiente sereno de la ciudad.
La Torre del Campanario, que domina el horizonte de Brujas, es un testimonio del próspero pasado de la ciudad. Subir sus 366 escalones recompensa a los visitantes con vistas panorámicas de la ciudad y el campo circundante.
Estar en Bélgica y no disfrutar de chocolates sería impensable. El Museo Choco-Story ofrece una inmersión profunda en la historia, la elaboración y la degustación de este querido manjar.
El corazón histórico de Brujas, la Plaza del Mercado, está rodeada de coloridos edificios y siempre está repleta de actividad. Los carruajes tirados por caballos, los músicos locales y los bulliciosos cafés se suman a su vibrante encanto.
Esta basílica alberga una reliquia venerada: un frasco que se cree que contiene la sangre de Jesucristo. Ya sea por motivos religiosos o por admiración arquitectónica, la basílica merece una visita.
Amberes, la capital mundial de los diamantes, alberga un distrito donde estas piedras preciosas brillan en abundancia. El Distrito de los Diamantes, que abarca sólo unas pocas manzanas cuadradas, es el lugar por el que pasan el 80 % de los diamantes del mundo.
Los visitantes pueden pasear por las calles, admirar las exquisitas piezas en los escaparates o incluso considerar comprar un brillante recuerdo de los numerosos comerciantes de renombre.
La Batalla de Waterloo, un momento decisivo en la historia europea, se libró en 1815. Hoy en día, el campo de batalla es un sitio importante que permite a los visitantes retroceder en el tiempo y visualizar los acontecimientos de la batalla. Con un centro de visitantes informativo, un mural panorámico y el icónico Lion’s Mound, es una atracción tanto para los entusiastas de la historia como para los visitantes ocasionales.
Para una experiencia verdaderamente inmersiva, se puede visitar durante los eventos de recreación anuales y presenciar cómo la historia cobra vida.
Las Cuevas de Han, ubicadas en la región de las Ardenas, son una maravilla natural. Formada durante millones de años, esta vasta red subterránea de cámaras y galerías sorprende por su tamaño y belleza. Iluminadas por luces de colores, las estalactitas y estalagmitas crean una atmósfera surrealista.
Las visitas guiadas llevan a los visitantes a las profundidades de las cuevas y culminan con un paseo en barco por el río subterráneo. Es una aventura que resalta la belleza y los misterios de la naturaleza.