Helsinki, la capital de Finlandia, es una ciudad a la que merece la pena viajar para una escapada rápida o unas vacaciones completas. Sin embargo, ni siquiera en unas vacaciones normales se puede esperar ver todos los lugares de interés que ofrece esta hermosa ciudad.
Hay muy pocos lugares que se puedan ver.
Las visitas turísticas en Helsinki suelen comenzar aquí. En la plaza se encuentra el monumento a Alejandro II, uno de los pocos monumentos a los emperadores rusos que se conservan, creado antes de 1917. También está la Casa Cederholm, una interesante estructura del siglo XVIII. No se puede ignorar la hermosa iglesia de San Nicolás.
Esta iglesia protestante no es un lugar histórico, ya que fue construida en los años 60 del siglo XX. Sin embargo, sería un error visitar Helsinki, incluso en una visita corta, y no visitar esta iglesia. Después de todo, esta iglesia es uno de los lugares de culto más pintorescos de Europa. El templo está dispuesto dentro de una roca. Su diseño interior es tan armonioso con el material natural de las paredes que es imposible no quedar fascinado y admirado.
Esta fortaleza de mediados del siglo XVIII está inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO de los monumentos más valiosos y protegidos. Esta fortaleza sólo ha sido asaltada una vez, y con éxito. En 1808 fue conquistada por el ejército ruso durante la colonización rusa de Finlandia.
Aunque no sea un aficionado a la música clásica, no deje de visitar el Monumento a Sibelius, ya que es un enorme complejo de tubos de órgano que merece la pena. El monumento a Jan Sibelius es un ingenioso homenaje finlandés al gran hijo de la nación finlandesa, que hizo famosa su música.
Ni que decir tiene que Helsinki, como cualquier capital europea, no puede dejar de sorprender a los viajeros con sus museos. Y, sobre todo, el famoso Ateneo, que en las guías de viaje y en las guías turísticas suele llamarse el «Hermitage finlandés». Y esta comparación no es sólo una figura retórica. La colección del museo, abierta sólo al público, comprende unas 20 mil pinturas y esculturas de destacados artistas de los siglos XVIII al XX.
Si un viajero desea empaparse de la atmósfera de la antigüedad finlandesa, puede hacerlo sin salir siquiera del centro de Helsinki. Para el isleño, el Museo al Aire Libre de Seurasaari es una visita obligada. No es necesario nadar hasta la isla, ya que está conectada al continente por un puente. Este parque nacional se creó en el siglo XIX. Es visitado por turistas y residentes de Helsinki. Estos últimos son muy aficionados a hacer picnics en un auténtico ambiente de antaño. Además, la isla-museo es escenario de numerosos actos culturales en la capital finlandesa.
Para los viajeros que deseen conocer mejor la historia de Finlandia, este museo, ubicado en un edificio de principios del siglo XX, es el lugar indicado. La colección del museo contiene miles de objetos de diferentes etapas de la historia de Finlandia.